
Con su extensa superficie y su imponente horizonte, Ciudad de México ofrece una gran variedad de miradores desde los que disfrutar de unas vistas impresionantes. Ya sea para apreciar la grandeza arquitectónica, la belleza natural o las luces de la metrópoli al anochecer, existen diversos puntos estratégicos que permiten contemplar la ciudad desde las alturas. A continuación, se presentan algunos de los miradores más destacados.
1. Torre Latinoamericana
Uno de los miradores más icónicos es el de la Torre Latinoamericana, ubicada en el Centro Histórico. Con una altura de 182 metros, este rascacielos permite una vista panorámica de 360° de la ciudad. Desde su mirador en el piso 44, los visitantes pueden admirar la majestuosidad del Palacio de Bellas Artes, el Zócalo y la extensa urbanización que se extiende hasta el horizonte. Además, el mirador cuenta con un museo que narra la historia del edificio y su resistencia a diversos sismos.
2. Mirador del Monumento a la Revolución
Otro punto imperdible es el mirador del Monumento a la Revolución, ubicado en la colonia Tabacalera. A una altura de 65 metros, ofrece una vista única del Paseo de la Reforma y sus emblemáticos rascacielos. Además de la panorámica, este mirador permite conocer la historia de la Revolución Mexicana a través de su museo y exposiciones.
3. Torre BBVA
Para quienes buscan una experiencia moderna, la Torre BBVA es una excelente opción. Ubicada sobre Paseo de la Reforma, este rascacielos de 235 metros de altura cuenta con un mirador en su último piso, desde donde se pueden observar algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad, como la Torre Mayor y el Ángel de la Independencia.
4. Parque Nacional Cerro de la Estrella
Si se prefiere un entorno más natural, el Parque Nacional Cerro de la Estrella es una alternativa ideal. Situado al oriente de la ciudad, ofrece un mirador que permite contemplar la metrópoli desde un ambiente tranquilo y alejado del bullicio urbano. Además, en la cima se encuentran vestigios arqueológicos y se realizan ceremonias tradicionales, lo que añade un valor cultural a la visita.
